¿Son los Fondos de Inversión Garantizados una buena opción?

Ante la escasa rentabilidad que ofrecen en estos momentos los depósitos, los inversores más conservadores se han visto obligados a buscar nuevas alternativas de inversión que les reporten una mayor remuneración. Muchos de estos optaron por fondos de inversión de diversa índole. Esto no supuso un problema hasta el 2015, año en el que la volatilidad fue escasa. Sin embargo, el incremento de la misma en los últimos meses ha provocado que los inversores no puedan aguantarla y han comenzado a demandar  otros tipos de activos en los que invertir.

Ante esta demanda, los bancos han lanzado una oleada de Fondos de Inversión Garantizados. Son unos fondos que en un año concreto (entre 5 y 6 años), si la inversión registra pérdidas y si el cliente decide disponer de su capital, el banco aportará la diferencia hasta alcanzar la inversión inicial. La garantía puede ser interna (el banco asume la pérdida) o externa (la asegura otra compañía). Estos fondos se parecen a los de una nota estructurada: la mayor parte del capital va a un activo de renta fija para garantizar el capital, y una parte pequeña irá a acciones, por lo que la rentabilidad dependerá de la performance de las acciones seleccionadas durante ese periodo.

Sin embargo, comportan una serie de aspectos negativos que también hay que valorar:

   – Tienen unas comisiones de gestión y deposito que van a menguar la rentabilidad ofrecida. Es decir, en caso de que la evolución de los activos sea positiva, a esa rentabilidad debemos descontar estos gastos.

   – Presentan comisiones de suscripción más elevadas que los fondos tradicionales.

  – Dado que es un producto totalmente líquido, en caso de vender el fondo antes de la fecha de garantía podemos incurrir en pérdidas.

  – La rentabilidad que ofrecen es escasa para el plazo de inversión que hay que mantenerlo para que sea garantizado.

Los datos de contrataciones en 2016 muestran que este tipo de fondos han sido los más suscritos. A pesar de que son una buena opción para los inversores más adversos al riesgo, conviene tener en cuenta los aspectos negativos señalados. Como alternativa a estos, si el inversor busca poca volatilidad pero no quiere exponerse a estos periodos de tiempo tan largos, una buena alternativa son los fondos monetarios. La elección quedará en manos de cada uno, en función de su apetito de rentabilidad y el riesgo que quieran asumir.

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