La influencia de Internet en las teorías económicas

Podemos hablar de ciencia económica desde la publicación de La riqueza de las naciones en 1776 por Adam Smith, libro que marca el inicio de esta ciencia contemporánea, cuyo fundamento es la búsqueda de la mejor manera de  repartir unos recursos que son escasos entre unas necesidades infinitas.

Tras varios cambios en las corrientes a lo largo del tiempo, actualmente es la teoría neoclásica la que cuenta con mayor popularidad.  Emergida a tal posición en los años 70 gracias a Milton Friedman esta corriente se caracteriza por la defensa de una economía de mercado pero con intervención estatal. Define el modelo de competencia perfecta (un sistema en el que ni oferentes ni demandantes tienen posibilidad de influir en los precios) como un modelo idílico pero imposible de darse en la realidad debido a los fallos del mercado. En este artículo vamos a tratar la imperfección de la información económica, como lo puede subsanar el uso de Internet, y el olvido de este en las teorías académicas.

Según la teoría económica, si la información fuera perfecta, es decir, fácil y accesible para todos los agentes económicos, no existiría poder de mercado. Ya que si la empresa X decidiera fijar sus precios por encima de los de la competencia, dicha empresa no vendería nada. Sin embargo, dado que no es fácil (ni gratis) comparar los precios de todos los productos en todos los establecimientos existe un pequeño poder de mercado que hace que la competencia no sea perfecta.

El problema que nos encontramos es que esta teoría no ha sido actualizada y ha  ignorado por completo los efectos que ha tenido Internet en este campo. El uso masivo de Internet ha reducido en gran parte los costes de obtener información haciendo está más accesible y fácil de conseguir.

Por ejemplo, son numerosos los negocios que se han desarrollado con la función de comparar entre distintos proveedores de un bien o servicio. La presencia de estos comparadores de precios ha hecho que las diferencias entre los mismos disminuyan, acercando estos mercados a la competencia perfecta en lo que a información se refiere. Sin embargo, esta innovación aún no ha sido introducida en los modelos académicos y en las clases de economía todavía se siguen mencionando los costes de información asumiendo que este es tan alto como cuando esta teoría fue enunciada sin tener en cuenta Internet.

 La teoría económica no puede hacer oídos sordos a los cambios que han traído las TICs (Tecnologías de la Información y la Comunicación). Es necesario incluir las nuevas herramientas que han surgido en los últimos años dentro de los postulados económicos si queremos comprender cuales son realmente los fallos del mercado y cuantificarlos para poder describir una aproximación más cercana de la realidad. De no ser incluidas todas las variables (las que ya conocíamos y las que van surgiendo), la economía corre el riesgo dar explicaciones más alejadas de lo que está ocurriendo y errar a la hora de predecir la evolución de las principales variables económicas.

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