Principio de acuerdo para el Brexit

Dos años después del referéndum, y tras varios meses de negociaciones, el gobierno británico y las autoridades europeas han presentado un principio de acuerdo para el Brexit. Sin embargo, lejos de ser el final de este duro camino parece el principio de una nueva serie de problemas.

El acuerdo presentado no ha gustado ni a la sociedad británica ni al parlamento británico. Tras la respuesta positiva al Brexit en el referéndum, se prometió que este permitiría a Reino Unido seguir disfrutando de las ventajas que ofrece la Unión Europea, pero sin tener que asumir el coste presupuestario y la delegación de soberanía que conlleva estar dentro. Sin embargo, el acuerdo parece haber recogido todo lo contrario: mantener los costes y disfrutar solo de algunos beneficios.

Los puntos principales de dicho acuerdo han sido los siguientes:

· En primer lugar, se establece un periodo de transición hasta diciembre de 2020. En este tiempo regirá una Unión Aduanera entre el Reino Unido y la Unión Europea, mediante la cual se permitirá la libre circulación de personas y capitales dentro de la Zona Común. Mientras Reino Unido sea miembro de la Unión Aduanera no podrá negociar ningún acuerdo comercial con terceros y deberá mantener su legislación alineada con la europea. Además, Reino Unido solo podría pedir la ampliación del acuerdo de transición si la Unión Europea diera su visto bueno.

· En segundo lugar, si se diera el caso de que durante este periodo transitorio de negociación las partes no llegaran a un acuerdo, la frontera entre Irlanda del Norte e Irlanda seguiría abierta de manera indefinida.

· Por otro lado, aquellos europeos que residan actualmente en Reino Unido tendrán los mismos derechos que los británicos. Es decir, no podrán ser nunca discriminados en materia de relaciones laborales.

· Por último, para salir de la Unión Europea, Reino Unido deberá abonar a la misma entre 50.000 y 60.000 millones de euros. Además, los próximos años 2019 y 2020 también deberá abonar 7.000 millones de euros en concepto de contribución británica. Sin embargo, no tendrá ninguna capacidad de decisión sobre la utilización del presupuesto comunitario.

Ante la presentación de este acuerdo, las dimisiones en el gobierno de May no han dejado de sucederse. Las condiciones del divorcio han llevado incluso a despertar rumores de moción de censura promovida desde su propio partido. Y además, la mayor parte de los grupos políticos del parlamento ya han anunciado que votarán NO a dicho pacto.

En conclusión, los términos del acuerdo son muy diferentes a lo esperado por los británicos. A priori se trata de renunciar a buena parte de los beneficios de estar dentro del mercado único, teniendo en cambio que asumir los costes. Si finalmente no consiguen llegar a un entendimiento, volveremos al punto de salida. La diferencia es que el tiempo apremia, ya que marzo es el mes en el que la separación se hará efectiva.

Economista

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