Por qué hace falta un Plan de Negocio

Con los primeros y tímidos signos de una recuperación económica empiezan a proliferar una subespecie dentro del género de los autónomos-emprendedores caracteriza por subestimar los puntos débiles de cualquier negocio valorando únicamente los posibles beneficios. Este hecho les lleva a embarcarse en proyectos, muchos de los cuales con altas tasas de fracaso, asumiendo unos riesgos financieros muy elevados y actuando como auténticos kamikazes.

¿Cómo podemos evitar convertirnos en un kamikaze?

Simplemente hay que evitar una característica que es idéntica en todos y cada uno de estos ‘kamikazes’: infravalorar los obstáculos o problemas que puedan surgir en un negocio nuevo.

Todo proyecto necesita de un período de maduración para que empiece a generar dinero. Son pocos, por no decir escasos, los negocios que según abren sus puertas generan dinero suficiente para cubrir los costes y obtener beneficios para el emprendedor afortunado.  Toda la sensatez que se nos presupone puede verse tapada por cantos de sirena o cuentas de la lechera que vende la franquicia de turno o nuestro propio desconocimiento del funcionamiento del negocio. La manera de evitar caer en estos cantos de sirena tan atractivos es contar con un plan de negocio.

¿Cómo debe ser un buen Plan de Negocio?

Un plan de negocio básico debe de contar con tres partes bien diferencias:

1– Cuál es nuestra actividad, un análisis de fuerzas y debilidades, competencias y diferenciaciones de del negocio.

2– Planes provisionales de ingresos y gastos, detallar todas las inversiones que son necesarias para el inicio de la actividad, para su funcionamiento,… y los ingresos con los que pagaremos todos los gastos e iniciaremos nuestro futuro holding empresarial.

3– Detallar las necesidades de financiación que tendremos tanto para arrancar el negocio como para funcionar en nuestro día a día.

Esto es un plan muy básico pero, a pesar de la simplicidad de este documento, nos puede servir de ayuda, no solo para tomar la decisión de iniciar la actividad, sino también puede facilitar la concesión de financiación bancaria.

Detallemos ahora cada apartado

1- PLAN DE NEGOCIO: ACTIVIDAD

 En este apartado deberíamos definir cuál es la idea de nuestro negocio, explicando cuál va a ser nuestra actividad, que producto vamos a vender, a que clientes nos vamos a mover, por qué pensamos que nuestra actividad/producto va a tener éxito.

Uno de los procesos más difíciles de este punto, junto con el de analizar la competencia, es el realizar el análisis DAFO de nuestro futuro negocio. Debilidades versus Fortalezas y Amenazas versus Oportunidades. Detectar y detallar cada una de las 4 categorías anteriores no es tan fácil como parece y requiere de un proceso de autocrítica importante. Las amenazas y oportunidades hacen referencia a factores externos y en las que no podremos influenciar pero si aprovecharnos o que no nos perjudiquen.

En cambio las debilidades y fortalezas hacen referencia a la parte interna de nuestra empresa en la que si vamos a poder realizar cambios.

Añadir un análisis de la competencia nos ayudará a tener una mejor visión del mercado y el comportamiento de los consumidores.

2- PLAN DE NEGOCIO: INGRESOS/GASTOS

Es uno de los procesos más importantes: definir cuánto nos va a costar iniciar la actividad, cuánto el funcionamiento y cuánto dinero vamos a obtener con esta actividad.

El error más común que se comete es contemplar el escenario bonito, el escenario en el que desde el primer momento, el negocio va ‘viento en popa’ y se obtiene dinero para pagar los gastos, los préstamos y para vivir. Pero la realidad es cruel, y el escenario bonito, rara vez suele ocurrir (ojo, yo he sido testigo de negocios que incluso superaron las previsiones más optimistas en 6 meses, pero no es lo habitual).

Primero debemos de tener claro que desembolso inicial vamos a necesitar para iniciar la actividad. Y esto es relativamente fácil. Ahora viene la parte que mucha gente olvida, ¿qué gastos tendré en el día a día? Todo negocio conlleva unos gastos corrientes que se van a tener que hacer frente se gane o no dinero. Nos encontramos con los seguros sociales, el pago de suministros, impuestos nacionales, tasas municipales, coste de la financiación necesaria… A todo esto deberíamos añadir, en el caso que lo requiera, pedidos mínimos o pago de cuotas por uso de marca a proveedores.

 3-PLAN DE NEGOCIO: FINANCIACIÓN

 Aquí debemos de determinar de manera clara las necesidades de financiación que vamos a necesitar no solo para el inicio de la actividad, si no para conseguir un funcionamiento normal en el día a día. Basándonos en los datos que hemos obtenido en las fases previas, debemos de ser capaces de saber que importes necesitamos y lo más importante, en qué plazos los necesitamos. Es importante determinar qué cantidad necesitaré para evitar tensiones de liquidez en el día a día de mi actividad, y que cantidad será usada para inversiones que se amortizarán en un medio/largo plazo.

Pero, ¿por qué es importante determinar esto? Nuestro plan de negocio es nuestra carta de presentación ante un posible inversor o entidad financiera a la que solicitemos un préstamo. De esta manera daremos una imagen de profesionalidad, de previsión y de que sabemos en el terreno en el que nos estamos moviendo. Pues una planificación, un estudio del mercado y un análisis de la situación hace más fácil tomar una decisión de cara a la concesión de financiación bancaria.

Contar con este plan no nos asegura el éxito ni la consecución de la financiación necesaria para iniciar la actividad pero, al menos, podremos valorar los riesgos y beneficios y tomar una decisión con una mejor calidad de datos.

Juan Muñoz Matas:
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