¿Son las reformas laborales las culpables de todos nuestros males?

Desde que se inauguró el curso político allá por el mes de septiembre de 2015 llevamos casi 10 meses escuchando cómo ha funcionado el mercado laboral en España desde la reforma laboral que se aprobó en el año 2010, bajo el mandato de José Luis Rodríguez Zapatero, y la posterior reforma aprobada por el ejecutivo de Mariano Rajoy. Se dice que las reformas laborales han venido a precarizar el trabajo en España reduciendo las rentas salariales o aumentando la temporalidad. Las propuestas de los críticos se basan en derogar ambas reformas y volver al mercado laboral que teníamos previamente. Pero, ¿es esto cierto?

Fuente: Instituto Nacional de Estadística (INE)

Cuando observamos el número de ocupados como porcentaje de activos, vemos un claro descenso a partir del comienzo de la crisis. La mayor caída se produjo antes de la aprobación de la reforma laboral validada por el ejecutivo de Zapatero, siendo de más de 7 puntos porcentuales, frente a la caída de menos de 4 puntos durante los años siguientes hasta que se aprobó la siguiente reforma laboral, donde la tendencia comienza a ser ascendente.

Es decir, parece que las reformas laborales han servido para frenar la caída en la ocupación, siendo muy positiva en este aspecto la reforma laboral aprobada en el año 2012, puesto que se puede considerar como un punto de inflexión en el cual el número de ocupados en porcentaje de activos comienza a subir. Además, debemos tener en cuenta que con anterioridad a estas dos reformas laborales, nuestro pico de ocupados fue del 65%, frente a países como Dinamarca, Alemania o Reino Unido que cuentan con tasas de ocupación que rondan y superan el 70%. Por tanto, debemos reflexionar sobre si de verdad es una buena opción derogar la normativa laboral y volver a la que teníamos antes de 2010.

Fuente: Oficina Europea de Estadística (Eurostat)

En España tenemos un gran problema con la tasa de paro, pero no viene de la mano de las reformas laborales. Nuestra estructura productiva y la legislación laboral han provocado que desde que estamos en democracia tengamos una media de paro del 18%. Incluso nuestro récord positivo del 8,2% en el año 2007 es superior al peor dato que ha recogido Dinamarca del 7,6% en el mismo período. Ni con una gran burbuja como la que vivimos a finales de los años 90 y los primeros años del siglo XXI hemos logrado equipararnos con los países con mejores datos de paro en Europa.

De nuevo la reforma laboral del año 2010 ha servido como freno a la tendencia alcista que se aprecia en la gráfica desde 2007, y la reforma laboral posterior se muestra como el punto de inflexión a partir del cual la tasa de paro comienza a descender. De hecho, en un informe del BBVA se apunta a que la reforma laboral del año 2012 ha salvado 900.000 empleos, y de haberse aprobado en el año 2008 podríamos haber tenido una tasa de paro cercana al 10% aunque sigue siendo elevada.

Fuente: Central de Balances del Banco de España

Por otro lado, podemos observar el comportamiento de los salarios y los costes laborales. Tomando los datos ofrecidos por la Central de Balances del Banco de España, los costes laborales de las empresas se han reducido desde el año 2008, momento en el que comienza la crisis, pero también debemos tener en cuenta la caída del empleo durante estos años.

Si observamos el comportamiento de los costes laborales, vemos como desde el año 2010 se frena de nuevo su caída. Y a partir del año 2013 se produce un incremento de los mismos. Además, debemos tener en cuenta que desde el año 2007 los beneficios de estas empresas han caído un 59% frente a la caída del 10% de los costes salariales en el mismo período de tiempo.

El dato anterior puede venir a demostrar que las empresas no han utilizado las reformas laborales aprobadas por PSOE y PP para bajar salarios. En la gráfica que se presenta a continuación con la estructura salarial de la Encuesta de Población Activa (EPA) por tamaño de establecimiento para los años comprendidos entre el 2010 y 2014, se puede observar que la bajada de los salarios se concentra en las pequeñas y medianas empresas. Son las que han sufrido con más dureza las consecuencias de la crisi. En cambio, las empresas de más de 250 trabajadores han aumentado los salarios.

Fuente: Instituto Nacional de Estadística (INE)

¿Han incrementado las grandes empresas los salarios de los directivos mientras que han reducido la de los trabajadores? Si observamos la distribución salarial por deciles en este tipo de establecimientos, según el INE, el 24% de los trabajadores se encuentran entre el 10% que más salario percibe, es más, el 56,7% de los asalariados de los establecimientos de más de 250 trabajadores tiene un salario superior a 2.173,5 euros. En España, estar en una gran empresa es sinónimo de encontrarse entre los deciles más altos en la distribución salarial, algo que se explica por la mayor productividad de estas entre otras causas.

Fuente: Instituto Nacional de Estadística (INE)

La temporalidad laboral se ha reducido con respecto al inicio de la crisis sin que las reformas laborales hayan precarizado en este sentido el mercado laboral. Y aunque es cierto que 9 de cada 10 nuevos contratos son temporales, no podemos hacer una comparación con el número de contratos indefinidos por lo siguiente: pongámonos en el caso de dos personas, A y B, que firman sendos contratos. A firma un contrato de carácter indefinido, por lo que durante el año 2016 se mantendrá con el mismo contrato,  mientras B firma 3 contratos cuya duración es cuatrimestral, durante el mismo año. Tendríamos como resultado que en el año 2016 se han firmado un 75% de contratos temporales, cuano en realidad lo que tenemos es que un 50% de los trabajadores tiene un contrato indefinido. Es decir, no debemos confundir nunca el número de ocupados de carácter indefinido y temporal  (algo que se puede comparar) con el número de nuevos contratos de uno y otro tipo, puesto que de lo contrario se estarían falseando los datos.

En definitiva, el mercado laboral en España no está en una gran situación con una de las tasas de paro más altas de Europa. Pero tampoco debemos echarle la culpa a las reformas laborales puesto que parece que han venido a frenar los problemas que arrastrábamos desde el comienzo de la crisis y hacer de punto de inflexión en nuestra legislación laboral. Debemos renunciar a tratar de volver a la regulación laboral previa a 2010 en la que teníamos aún más trabajo precario, al mismo tiempo que debemos caminar hacia una mayor flexibilidad de nuestro mercado laboral para conseguir el deseado empleo de calidad.

Santiago Calvo López: Soy economista por la USC con un master en Fiscalidad Internacional y Comunitaria. También presido Students for Liberty Galicia y escribo en Actitud Manager y Libre Mercado.
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