La proeza de lograr que se aprenda

Cabría esperar, para muchos, que la respuesta al gran problema que tiene la educación española (entendido éste como la carencia notable en la adquisición de conocimientos firmes, potentes y abundantes) fuese la de aumentar el gasto público en esta partida. No obstante, sin precipitarnos a afirmar tal cosa a riesgo de ser escuchados, determinemos específicamente qué comprendemos por gasto público educativo, ¿mayores sueldos para los docentes? ¿Renovación de mobiliario? ¿Mayor disponibilidad de recursos TIC en las aulas? ¿Más ayudas a las familias de los estudiantes? Todo esto forma parte de esta cuantía, pero no todo es imprescindible para que los discentes aprendan.

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