Análisis del brexit desde la perspectiva de la teoría de juegos

Estas últimas semanas el tema prioritario por excelencia ha sido el brexit de Reino Unido. Se puede analizar este acontecimiento desde muchas perspectivas, y sobre todo, desde una aproximación político-económica y comercial. Pero, otro punto de vista, que no atañe tanto a cuáles serán las consecuencias derivadas de las negociaciones que se lleven a cabo entre ambas partes, es el que se centra en cómo esas negociaciones pueden ser diferentes en base a las actitudes que adopten cada una de las partes implicadas.

Este análisis se realiza desde la Teoría de Juegos, una disciplina surgida formalmente en 1944 con la publicación de la obra Theory of Games and Economic Behavior del matemático John von Neumann y el economista Oskar Morgenstern. Esta disciplina es una rama de las matemáticas y es muy utilizada en economía. Su objetivo es la formalización a nivel matemático de los comportamientos conflictivos sociales, los llamados juegos. La hipótesis principal es que todo juego tiene una formalización matemática, por lo que responde a un patrón determinado.

Cómo se aplica la teoría de juegos al brexit

Hay numerosas situaciones matematizadas dentro de esta teoría. La que se da entre el Unión Europea y Reino Unido es una de ellas: es el llamado juego del Dilema del prisionero,  por el cual ambas partes disponen de unas estrategias de actuación determinadas y establecidas de antemano que pueden y deben utilizar para conseguir que el resultado de sus negociaciones sea el óptimo o se acerque lo máximo posible. En este caso, que lleguen a un acuerdo (poco nocivo) para ambos en temas de comercio exterior.

Otro ejemplo lo encontramos cuando Grecia estuvo a punto de salir de la Unión Europea. Yanis Varoufakis, estudioso de esta disciplina, decidió actuar en base a sus conocimientos sobre estrategias del comportamiento dictadas por esta teoría, dando lugar a especulaciones sobre sus decisiones. Algunos sabían cuáles eran sus intenciones; otros, por el contrario, le tacharon de idiota. Una de sus declaraciones sobre el tema fue la siguiente:

 “Algunos comentaristas se apresuraron a presumir que como nuevo ministro de Finanzas de Grecia yo estaba ocupado inventando pantomimas, estratagemas y opiniones extrañas, luchando por mejorar una posición débil”. La finalidad que perseguía Y. Varoufakis  no era otra sino que la de renegociar los préstamos a Grecia de la manera más eficiente posible.

Cabe decir, que aunque estas dos situaciones político-económicas son matematizables, no hay que pensar que son predecibles en cuanto a establecer cuál va a ser el resultado efectivo. Éste depende, en última instancia, de cómo actúen los implicados. Es recomendable que ambos sepan cuáles son las posibles estrategias de las que disponen para lograr aquello que sea más beneficioso para los dos. Aunque puede suceder que no se decanten por esto, y lo que se consiga sea la situación menos favorable para ambos.

En cualquier caso es importante para todos saber que existe un mecanismo matemático que permite formalizar estos comportamientos y que resulta una herramienta útil a la hora de llevar a cabo decisiones individuales que se vean incluidas en un contexto de negociación o de cooperación.

 

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